Cordobés de la Década

Cordobés de la Década
Talleres, indiscutido campeón de la década

jueves, 3 de febrero de 2011

Talleres venció a Maipú, reinauguró el estadio, y presentó nueva indumentaria


La noche fue soñada para Talleres de Córdoba, que colmó a su máxima capacidad el Estadio Paco Cabasés (18.100 personas). Los hinchas de Maipú eran tan pocos que fueron trasladados al palco y los albiazules ocuparon sus localidades también.









La noche fue un verdadero espectáculo. Inició con la presentación de la camiseta de la mano de la "Niña Loly" (Mariana Antoniale), que además realizó una producción fotográfica. Fue la misma Niña Loly quien dijo la frase "Yo vine porque soy hincha de Talleres, no como otras.." (en obvia referencia a Virginia Gallardo que cobró $40.000 para vestir la camiseta de Instituto por 20 minutos).
La camiseta fue bastante más razonable de lo esperado (mérito de los modelos que circulaban por Internet). Bastones relativamente anchos y clásicos, un color azul oscuro bien profundo (no como el que alguna vez supo traer Ahumada), igual que la Boutique, y un diseño bastante lindo. Por detrás, 100% azul. A cierta gente ésto no le agradó pero a la mayoría sí. Además, es necesario un color liso para poner los números detrás. En los hombros y brazos, azul 100% también. Los pantalones, azules, igual que las medias (que tienen unos detalles blancos por detrás).
En la camiseta puede apreciarse también el escudo rediseñado por la actual gestión del club (las letras azules en un fondo blanco, con un diseño moderno). Este escudo tuvo polémica en su momento, pero buena parte de la hinchada albiazul prefiere relativizarlo, diciendo que es mucho más importante lo futbolístico que un ligero cambio en el fondo del escudo.



El cuello es de color rojo, al igual que el borde inferior de la camiseta y los pantalones. Como de costumbre, hubo algunos sectores disconformes, mas sin embargo el cambio fue mínimo y de mínima importancia. Las camisetas han tenido siempre detalles.
Los patrocinadores son Mondial y Bancor en el pecho (recordemos que la camiseta Kappa tenía una franja azul y una blanca atravesadas para poner encima los sponsors, bueno, la camiseta Penalty no), Sinteplast y Chevallier en los hombros y brazos, Penalty y Lotería de Córdoba en la espalda, y Tarjeta Grupar en los pantalones (sobre el número, en el lado izquierdo del pantalón). Recordemos que estos patrocinadores proveerán a Talleres de $1.300.000 anuales.
En el lado interno del cuello puede apreciarse una ilustración de la fachada de la Boutique y un fragmento del himno de Talleres ("once leones"...). Del lado de atrás de la camiseta, del lado inferior, se lee la leyenda "Los Matadores".


Luego del tributo, se presentó proyectada en la cancha la nueva camiseta, y posteriormente se revivieron los mejores momentos del club dentro de la proyección.




Como dijimos, hubo un tributo a las grandes glorias del club: el Hacha Ludueña, Daniel Willington, el Tata Sánchez, la Chancha Cortéz, la Wanora Romero, y Luis Galván. Además se reconoció a la familia Espinoza, que donó los terrenos sobre los que hoy está la Boutique, y a la familia Lawson, fundadora del club.  Y por supuesto, el infaltable Paco Cabasés. Se llevaron una ovación gigantesca, a pesar de que la mayoría del público jamás los había visto actuar. Sin embargo, muchos extrañaron a Julián Maidana, a quien juzgaban totalmente merecedor de un reconocimiento, una camiseta, y una digna ovación por parte de todo el estadio. Obviamente, ésto no se dio debido a las diferencias del defensor con Salum.

Desde 2004 que Talleres viene alejándose cada vez más de su otrora gloria. Sólo dos cosas permanecieron siempre: la hinchada, y el Estadio Francisco Cabasés, que ahora vuelve invitando a soñar con aquellas épocas en que se disputó en él una final de Primera A por el máximo título nacional. Talleres se reconcilió así con su pasado, con sus glorias, con su historia. Talleres estuvo de fiesta.

18100 almas vibraron anoche. Gritaron con orgullo por su equipo, desahogando todo el dolor, todo el sufrimiento. El grito de un pueblo dolido que en 10 años bajó de toda su gloria a un torneo amateur. El grito del pueblo de Córdoba. Que con las banderas, los cánticos, los papelitos, las serpentinas, los paraguas, los bronces, los tambores, las camisetas. En la entrada, no se podía ver al equipo albiazul, porque los papelitos que arrojaban los hinchas bloqueaban la visión. Y ni hablar si a eso agregábamos los papeles platinados y las torres de humo azul y blanco. Los cánticos ensordecedores no permitían escuchar ni al mismísimo presentador.


Antes del partido, Maipú había enviado adrede a la prensa la planilla con las camisetas, las posiciones, y los nombres modificados para que fuesen erróneos a propósito, como represalia porque cuando ellos habían hecho la entrada en calor, Talleres apagó las luces para hacer la presentación. En consiguiente, confundimos algunos jugadores durante el partido. Se rumorea que también Canal 10 protestó porque así no pudo filmar el evento.




Y así entró el Club Atlético Talleres de Córdoba a la cancha, al Estadio Francisco Cabasés "La Boutique", a sabiendas de que debía ganar abrumadoramente. Entró sin Riaño que padecía de fiebre, y en su lugar ingresó Aranda. Pero en lugar de Neri Leyes, entró Emiliano Gianunzio, debido a que su suspensión había sido errónea (y una vergüenza), ya que contaba con 9 y no con 10 tarjetas amarillas.
La formación fue de 3-4-1-2 Ribonetto al fondo, Ruiz por la derecha, y Rezzónico por la izquierda. Como volantes de contención, algo adelantados, Gianunzio por la derecha y Monay por la izquierda. Más adelante, por los laterales, Pieters a la diestra y Anívole a la siniestra. Zárate como enganche, y de arietes, Sacripanti a la derecha y Adrián Aranda a la izquierda.
Pero Deportivo Maipú también jugó ofensivo. Y jugó mejor que Talleres. O más bien, Talleres jugó peor. Nada equiparable a lo que usualmente se espera de este equipo. Se esperaba una formación sumamente fluida, poderosa, que jugando de local fuese abrumadora.

No lo fue ni por un segundo. Talleres se sintió sumamente incómodo en el terreno de juego chico de la Boutique, y quizá demasiado presionado por la cercanía de la gente. Un terreno tan pequeño impide a sus habilidosos jugadores jugar a pleno. Pero no sólo no jugaron a pleno. Talleres estuvo sumamente limitado.
Es cierto que tuvo sus llegadas al arco de Maipú, y que éstas metieron mucho más miedo que las llegadas de Maipú a Crivelli, pero ésto no quita el problema. El Súper Dépor llegó al arco albiazul más veces que el albiazul al otro arco. Si con esa actitud Talleres enfrenta su próximo partido de local -frente a Sportivo Belgrano, que lastima mucho en la ofensiva-, así desperdiciando enteramente el primer tiempo, tendrá varios goles adentro antes de haber empezado el complemento. Talleres no gustó. En particular, Pieters no gustó, y tampoco gustó Ribonetto.

Acabó el primer tiempo con la hinchada más grande de Córdoba siendo la más fiel, la que más alienta, la más numerosa. Pero nada que ver el equipo. Le faltó sangre, le faltó espacios. Incluso en las primeras jugadas del ST Maipú hizo temblar los argumentos albiazules.

Talleres venía arrastrando sus viejos problemas, y al parecer, una vez más los viejos problemas siguen presentes, y Arzubialde no ha podido corregirlos en absoluto. Si Talleres no hace gol, no está tranquilo, no está cómodo, no encuentra el camino. A la defensa de Talleres la agarran fácilmente por las bandas. Talleres pierde su argumento. Talleres desperdicia 45 minutos por lo menos
Claro que Talleres asustaba en sus ataques y pudo haber convertido. Su terrible poder de gol lo convierte en posible candidato al ascenso. Pero en un torneo tan duro, ésto no es suficiente. El único camino que Talleres puede y debe seguir es ser ABRUMADORAMENTE el único, mayor, y principal candidato al ascenso. Que de miedo enfrentarlo. Que sea un dolor. Que el oponente busque el empate y proteger su arco. Porque si salen a ganarnos significa que no metemos suficiente miedo, porque no jugamos lo bastante bien, y por lo tanto nos meterán el gol.

Ésta vez, el gol llegó. Nuevamente Zárate pateó uno de esos centros quirúrgicos, envenenados que tira. Rezzónico lo iba a cabecear pero finalmente acabó siendo gol en contra. Justo en el instante anterior, habían sacado a Pieters y puesto a Azcurra (quien creímos que era González Barón por la camiseta, pero no). A partir de entonces, gracias al gol y quizá a la salida de Pieters, el partido cambió de forma increíble, incluso alevosa.
Talleres jugó como un club de primera, incluso europeo. Dominó el partido, generó oportunidades incluso más peligrosas y aterradoras que las que había generado antes. Empezaron a pasar a jugadores de a varios, a dar el pase en el momento justo y hacer pared. Así le llegó un pase servido a Anívole que estuvo a milímetros de ser gol.
Zárate, aunque limitado en los espacios, venía siendo el mejor jugador hasta el momento. Pero Gianunzio, gracias a esta mejora en el juego, ya no necesitaba rezagarse atrás para cubrir a la muy mala defensa, que marcaba muy mal, y peor aún en las pelotas paradas. Gianunzio había recuperado pelotas difíciles durante todo el partido, pero ahora estaba recuperando pelotas imposibles, y armando contraataques en base a ellas, con pases idóneos, gambetas, e incluso tacos y rabonas.
Y así llegó, de su mano, el segundo gol. Iniciado atrás de media cancha, con una  pelota que él había recuperado, hizo avanzar rápidamente al equipo. Cuando la defensa le salió, le pasó magistralmente a Aranda la pelota de taquito. Aranda la recibió, y se vio rodeado por dos defensores. Pero vio que Gianunzio había seguido avanzando por la derecha. Y de taquito también, lo habilitó perfectamente. El "Polaco" avanzó despacio, midió, se acercó, tiró el balón bajo el arquero y fue un golazo magistral. Para guardar la filmación.

Lo que vino después consistió en un juego impecable, y envidiable ("que envidia el Barcelona ah!" gritaban en las tribunas cuando el MaTador comenzó a hacer jugadas cancheras, como de Primera División. Y también hay que destacar sobre el final dos goles servidos que marró Aranda, goles que ya todos gritaban y los erró fiero.

Bien jugó el pibe Azcurra, que defendió, recuperó, y jugó. Bien jugó Cosaro (creímos que era Navarro), a quien Arzubialde puso para contrarrestar al 3er delantero de Maipú. Y bien jugó Neri Leyes, que entró sobre el final por Gianunzio, a quien el DT parece querer cuidar.


En pocas palabras, Talleres ganó por su poder de gol, y jugó mal para lo que es él. No puede aspirar al ascenso habiendo jugado como jugó. Presentó 3 problemas viejos y 2 nuevos:
1) Desperdició el primer tiempo.
2) No encontró el camino hasta no hacer un gol.
3) La defensa marcó mal y le llegaron por las bandas.
4) No juega tan bien en espacios pequeños porque los jugadores no tienen lugar para lucirse por habilidosos que sean.
5) Cristian Zárate jugó siempre un paso adelante del resto del equipo. Jugó a otro ritmo. Recibía la pelota y ya estaba dándole un pase al hueco para Anívole. Anívole y todo Talleres no alcanzaban a reaccionar tan rápido como pensaba y jugaba Zárate, y todo lo que podían hacer era mirarlo como diciendo "¡Ah! ¿Era para mí?

Además, Ribonetto no está funcionando como último hombre, y Pieters no está funcionando como nada. Aunque quizá Agustín Díaz sí rendiría mejor en canchas chicas, ya que no necesita mostrarse y ofrecerse tanto (mostrarse y pedirla es su mayor déficit).

Arzubialde aún no ha podido hacer nada al respecto y debe lograrlo pronto. Tiene 2 partidos de visitante por delante y allí los problemas se agravan. Y luego tiene que recibir a Sportivo Belgrano. Si Talleres de Córdoba no está listo como el "Monstruoso Talleres", invencible, abrumador, y abrutal, para entonces, el esfuerzo no tiene sentido. Sí, posiblemente Talleres llegará al nonagonal y peleará el ascenso contra equipos de zonas fáciles que nunca enfrentaron algo como Talleres. Pero no se asegurará nada y tendrá que jugar como el año pasado. La posibilidad de que ascienda está, pero Talleres necesita garantizársela, ser abrumador. Lo peor de todo es que le sobra la capacidad para hacerlo y aún no lo hace. Y el año que viene quizá no conserve los jugadores actuales. Así que la oportunidad es única.

En el próximo partido estará el equipo completo (quizá sin Pieters) con Riaño. ¿Será lo que marcará la diferencia? Tal vez. Los dos mejores jugadores de la categoría son Riaño y Zárate con pocas dudas a lugar (Crivelli y Gianunzio merecen una emotiva mención también). Y luego volverían Cejas (un 5 insuperable) y Pereyra (el multiuso más habilidoso y con más garra - y que se la puede en la posición de Pieters).

Ojalá que el equipo marque la diferencia y abrume. De visitante y de local. Que se pruebe como el peso más pesado, pero con ventaja de lejos. Y el examen vendrá ante Sportivo Belgrano. Tiene que meterle 3 goles para demostrar quién es.

¡Arriba Talleres! Tiene que ganar cómodamente. Poner huevos y ser locales en donde sea, como su hinchada.

No todo ha sido malo en este partido. De hecho, a pesar de las críticas. Hay mucho más para destacar que para subvaluar.
-Un Gianunzio excelente, que cuando dejó de estar rezagado se demostró como figura.
-Un Zárate de nivel inigualable.
-Unos excelentes Ruiz y Azcurra.
-Un Anívole de gran calidad individual. Ése sí que juega al fútbol.
-Un Crivelli bien posicionado.
-Un Arzubialde que metió bien los cambios y sigue acertando con sus apuestas.
-Un Gianunzio (sí, nuevamente el Gringo) que fue convocado a las 4 de la tarde para jugar, sin haber entrenado para los titulares, que acabó en un pedestal.
-Un Aranda que -si bien no jugó tan bien- dio un taco hermoso, y sobre todo, se mentalizó con el partido sólo 2 horas antes, cuando se confirmó la fiebre de Riaño, pues antes iba al banco.
-Un poderío de gol incomparable al de cualquier equipo de la categoría. Hizo dos goles. Pero la peligrosidad de cada una de las situaciones que generó hubiera helado los huesos de un hincha del Milan.
-La hinchada que es local en todas partes hizo sentir su apoyo como siempre.


Nombre
Puntaje
Comentario
Federico Crivelli
5,5
Un par de atajadas bien posicionado pero los rebotes no bien dirigidos. No salió a sacarla en algunos córners, dudó, e hizo vista. Además agarró la pelota fuera del área (no cobrado) en el primer tiempo.
Gabriel Ruiz
5,5
La peleó y defendió muy bien, con mucha garra. Levantó mucho la pierna.
Walter Ribonetto
4
Mal posicionado. Marcó mal. Marcó peor aún en las pelotas paradas. Se posicionó mal. Levantó la pierna peligrosísimamente muchas veces.  Causó un penal (no cobrado) en el primer tiempo.
Juan Pablo Rezzónico
5
Cabeceó bien pero no tuvo nada sobresaliente, incluso lo pasaron unas veces.
Fabio Pieters
4,5
No se mostró, no la tocó, la perdió. No generó juego. No gustó.
Miguel Monay
5
Nada malo que decir pero tampoco que destacar. ¿Quizá le falta estado físico?
Emiliano Gianunzio
7
Muy bien jugado, recuperado, incluso generó gran fútbol, además de un gol con doble pared y doble taco. Además de muchas otras jugadas excelsas. Tuvo que relegarse en el primer tiempo pero lo hizo bien.
Ignacio Anívole
6
La perdió un par de veces, y erró un gol seguro. Pero regateó de forma espectacular, bailó, generó mucho peligro, y dio gusto.
Cristian Zárate
7,5
Generó de comienzo a fin del partido. Lo bajaron tropecientas mil veces. No hay que caer en el exitismo, pero lo hizo de forma espectacular. Si hubiera tenido una cancha más grande hubiese tenido más espacios para generar. Muy buenos disparos, regates, pases, respuesta, y aceleración.
Lisandro Sacripanti
4,5
¿Jugó? Sí, lo vimos con la 7 pero no hizo nada digno de su nombre. Venía bien y seguimos creyendo en él, pero de local se esperaba mucho más de él.
Adrián Aranda
6
Marró un par de goles de forma horrible, pero puso garra y corazón. Jugó bien, tiró bien, incluso generó bien. Bajó al mediocampo un par de veces bien. Lástima que no apuntó bien.
Marcos Azcurra
5,5
Muy bien. Alguna vez se le colaron por la espalda, pero estuvo bien verlo allí, subiendo si era necesario y bajando para armar línea de 4.
Guillermo Cosaro
5
No tuvimos mucho tiempo de verlo jugar. Cuando entró, el equipo ya jugaba de la mitad para arriba. Aunque estuvo bien meterlo.
Neri Leyes
5
Transmitió seguridad, pero no pudimos verlo mucho tampoco. Jugó más adelantado de lo que esperábamos.
Héctor Arzubialde
7
Pieters volvió a ser una apuesta que no resultó, y acarrea problemas pendientes sin solucionar. Pero hizo buenos cambios, y sabe valorar bien lo visto. Se espera de él mucho, básicamente que convierta a Talleres en una gran bestia imparable, pues tiene la capacidad para hacerlo.
Carlos Boxler (árbitro)
3,5
Amonestó a algunos jugadores de Maipú y Talleres cuando no debió hacerlo y no los amonestó cuando sí. Ignoró repetidas faltas a Zárate que debieron costar una amarilla por lo menos. No vio un penal de Ribonetto a Coria en el primer tiempo ni una mano de Crivelli fuera del área. Los jueces de línea cobraron dos offsides a Talleres que no fueron offside.

Amonestados: Aranda, Monay, Ruiz, Anívole (T), Vélez, Benítez, Labaké, Dalpogetto, Parissi, Imbesi (DM)




Una hinchada gloriosa, y un Talleres confundido pero letal. Insuficiente pero cruelmente embocador. Lo bueno es que solucionarlo es muy posible y no hay que pagar un sacrificio a cambio. Estamos recuperando altas, cada vez más. Talleres tiene lo necesario para salir campeón.

El dato: estuvieron presentes Giacomino, Juez, Silvestre y Testa. Además de todas las glorias albiazules.
No olvidar: se extrañó a Maidana.
Lo feo: tiraron una botella de Pritty a la cancha y silbaron a algún ex-Talleres hincha de Talleres, como bien se hizo con Brasca, etc. Está bien querer hacer presión, pero son hinchas del matador...
Lo que se viene: 1.700 entradas disponibles para ir a Río Cuarto a ver al albiazul contra Estudiantes de Río IV. No habrá prioridad para socios. Riaño jugará.
La preocupación: además de todas las preocupaciones futbolísticas ya mencionadas, Arzubialde tendrá que analizar si realmente la hinchada jugó un papel que afectó al plantel, por la presión.
En pocas palabras: alta eficacia, poco brillo, mucha confusión.
Inicio: Nunca pudo hacer pio
Final: armonía impensada
La mejor bandera vista en el partido: "Perdoname por no darte mi vida, pero la necesito para seguirTe amando.."
La estrella: Zárate, seguido de cerca por Gianunzio.

TALLERES HA VUELTO. Como una explosión del alma.


En la web, el partido se vivió a pura envidia. Comentarios sobre la categoría o la capacidad de la cancha fueron rápidamente puestos en vergüenza. Belgrano perdió 3-0 con sus propios suplentes. Y a no olvidar que llevó 12.000 hinchas en su último partido de local.
Instituto quiso alardear pero no tuvo con qué.
Lo cierto es que esta victoria les dolió como siempre a todos los que estaban pendientes, es decir, toda Córdoba.

Toda Córdoba vio por TV, por Canal 10, como los Matadores (de forma apasionada pero quizá incluso soberbia y exitista) montaron nuevamente la fiesta más grande del interior. La fiesta del matador.
¡Hasta la próxima! 

1 comentario:

  1. MUY BIEN AZCURRA
    LÁSTIMA QUE CEJAS TODAVÍA NO VUELVE XQ PARECE QUE A PIETERS NO LE GUSTA JUGAR

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